viernes, 30 de abril de 2010

El mercado del arte y la relatividad del precio

En esta época, no dejamos de escuchar “crisis financiera”, y en el arte, se ha vuelto una excusa tanto para vendedores como para consumidores.
Ya más o menos entendemos esta situación y lo que implica para la economía individual, sin mencionar todas las extensiones en las que afecta directa o indirectamente.
Muchos artistas se sienten atemorizados ante el desinterés que podría generar la situación en el consumo de arte, sobre todo hablando de las artes plásticas.
Obra del artista rothko,
valorada en 72,8 mill. dolares. 

Es posible que en las subastas de arte los precios disminuyan levemente, pero cuando se habla de tantos miles o millones de dólares, no es realmente perceptible. Los poderosos corredores de artes seguirán mercadeando las obras sin mayor drama, pues el mercado de arte en las altas esferas económicas es muy estable. No así cuando se trata de artistas que estamos al margen del gran show  del derroche.
Descubrimos que la mayoría de artistas nos encontramos en un mercado austero, en donde se lucha una batalla por la sobre vivencia, y que a veces, símplemente no alcanza para vivir del arte. Conocemos que existen quienes venden una sola obra a precio de toda nuestra producción anual.  Esto puede causar mucha insatisfacción o envidia entre los artistas.  Pero ¿Vale nuestra obra menos?. Sencillamente, como arte no, pero por publicidad y fama, sí.  Hasta un zapato viejo clavado en una tabla puede llegar a ser vendido en medio millón de dolares, todo depende de quien le de el valor y lo pague.  Solo importa  la capacidad de compra de un acaudalado enamorado del zapato viejo, y un crítico reconocido que encubra el objeto con una representación convincente, que valga la pena pagar.
En el comercio del arte, se pierde muchas veces el verdadero sentido de una obra, convirtiéndose en tan solo un objeto de inversión inflado por la imaginación. El problema no se halla en cómo se venda, o en cuanto se venda una obra. Es creer que el precio de la pieza de arte, o en donde se venda, o quien la venda, hace de dicha pintura mejor o peor propuesta.
Hoy en día, son escogidos unos cuantos artistas para triunfar, por parte de una élite de comerciantes que lo único que les interesa es el lucro excesivo y el espectáculo, manipulando el criterio por medio del bombardeo de publicidad, independientemente de si son buenos o malos creadores. 
Antes, la práctica de una disciplina hacía al maestro, ahora es: "la publicidad hace al maestro"
Descubrimos con leer un poco, que el valor de las obras es relativo, sin interés real en calificar una obra por su ingenio, originalidad, técnica y propuesta.  Basta con el escándalo.
La idea de escoger una obra porque hace vibrar nuestros sentidos, porque nos sensibiliza, porque nos produce alguna sensación personal, porque nos induce a pensar, porque nos gusta… Eso está pasando desapercibido. 

Es imprescindible tener discernimiento para adquirir una obra, consultando en la historia, advirtiendo la capacidad técnica, sin descuidar la idea.  Aprendiendo, por medio de los estudiosos del arte, y no por medio de los marchantes, que tienen su propia opinión y sus razones para querer vender una obra. El arte debe ser atractivo por su calidad silenciosa, no por su capacidad de escándalo.  Pero el camino fácil es apelar a la morbosidad y lo patológico.
En fin, el consumidor es el responsable de cambiar sus prioridades de gasto y en donde comprar, a quien comprar.  Es más sensato buscar a los artistas que a los intermediarios, es más sabio crear nuestro propio criterio que buscar que nos dicten dogmas. Desde que comenzamos a mostrar interés por el arte, es lógico pensar que por ende, vamos a investigar un poco sobre este, y forjar nuestra opinión y la vez que nos sensibilizamos, para saber qué es lo que queremos. 

El arte al final, es un producto de primera necesidad, para quienes tienen hambre de ideas y sed de belleza.  No es para los superfluos, ni para los que tienen el alma seca.  Las prioridades definen a la persona.  Por ello es asombroso descubrir a tantas personas, que teniendo su gran televiso lcd, su celular de última generación, su auto del año y demás productos de alto costo, no tengan en sus paredes mas que fotografías de mal gusto y artesanías chinas. 
¿Que formación han tenido estas personas?
Es necesario que todas las artes, sean de prioridad educativa para la sociedad. ¿Cómo es posible que actualmente, en la mayoría de países del mundo, no exista la impartición estricta de historia y apreciación del arte?, tomarlo en cuenta con la importancia educativa que se le da a la matemática, o a la geografía. Es realmente triste descubrir el nivel de ignorancia en este tema por parte de una gran mayoría, incluso en artistas y de vendedores de arte.
El materialismo y la frivolidad en la vida, han convertido al arte plástico en un estereotipo de opulencia, o en otros casos, en una broma, en un disparate, y un objeto incomprendido. Pese a todo, cada vez son más los que muestran interés en asomarse a ese laberinto del conocimiento y la creación humana, pero a ciegas, sin saber que esperar, que creer, que interpretar, cuanto pagar, si pueden pagar.
El arte siempre será una necesidad para las personas sensibles y educadas, siempre y cuando sea por lo menos medianamente asequible y debe de serlo.  La pintura o la escultura debe ser parte de todas las habitaciones, y centros de trabajo, es una necesidad del alma, debe ser un compromiso social para la sensibilización y el enriquecimiento interior, paralelo a las necesidades materiales. No debe ser visto como un lujo innecesario, incentivemos a nuestros hijos o vecinos a educar nuestros sentidos y a volver a mirar mas allá de una computadora o un televisor ...
Busquemos calidad en el arte, ideas, propuestas, obras únicas, genuinas. Los precios varían, y no es difícil tener buenas obras a precios accesibles, como es fácil encontrar trabajos mediocres altamente cotizados. Quizá la mejor inversión sea tener buenas obras en precios altos, pero ya dependerá de nuestra capacidad adquisitiva. lo importante es iniciar por cambiar nuestras prioridades y abrirnos a la posibilidad de adquirir arte genuino. 
Por ahora, debemos educarnos por nuestros propios medios, leer, observar y discernir que es realmente lo que queremos tener en nuestro entorno. No dejarse llevar por las “modas” de las artes, por lo que algunos bien posicionados y con acceso a los medios de información, se dan el poder de señalar, como una religión. La única excusa para no tener obras de arte en tu casa o en donde pases mas tiempo, es ser ciego.  Pero el ciego debe buscar la música para ser feliz...
El consumo de arte no entrará en crisis, por el contrario, es una excelente inversión, por encima de las joyas, el oro o la plata o de montones de papeles representativos riesgosos. Además añade belleza al entorno, estimula nuestras sensaciones y pensamientos, y añade estatus y presencia a nuestro espacio.
Al final, queda bajo criterio de cada creador y cada consumidor, ser personas sensibles, estudiadas y tener criterio propio, no simples recetas de mal gusto de una revista de modas.
 "Busco a esas personas que desean una obra, que les inquieta especular y tener algo en sus casas que les transmita misterio, ideas y emociones.  Cuestiono a esos que buscan a los "manejadores" de arte para que les diga que comprar, ¿que es bueno o malo?.  Sin criterio propio y sin sensibilidad e inteligencia para definir una obra de arte, ¿para qué tener arte en nuestras manos? 
No por moldes, si no por nuestra propia capacidad interpretativa y gusto intuitivo.  
Una buena obra viene de aquel que estudia, sabe por qué pinta y el propósito de su obra. Trabaja con sinceridad creativa, sin ánimos de buscar fama con las modas, genuino y sincero, crea sus propios conceptos, sin perder jamás la capacidad técnica, el equilibrio y la belleza. Y el valor de esta obra, es tanto decisión del artista, como la exigencia del consumidor, la demanda de la obra y por ende, el precio por el reconocimiento.
Si al final el arte se ha vuelto comercio, ¿no es tiempo ya de desligarse de las ideas preconcebidas y empezar a estudiar un poquito la historia del arte y la razón del arte en la humanidad?.  Ya estamos cansados, no tanto de los negociantes que manipulan el concepto del arte, si no, por encima de ello, de los incultos que creen que el dinero compra el buen gusto.”


2 comentarios:

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  2. Las cosas no son lo que parecen. No todo el mercado artístico esta contaminado, no todas las obras limitadas técnicamente, provienen de malos artistas, y el valor radica en el proceso de años, más que en la obra terminada.

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